Los girasoles desarrollados a lo largo del verano, procurando no ser comidos por los pájaros, nos dan unas buenas pipas.

Los girasoles van granando a lo largo del verano y las pipas se recogen cuando los girasoles están casi secos, y son desgranadas de los girasoles. Las ponemos a secar, y luego tenemos que tener las pipas en tarros hasta este momento.

El tueste requiere de mucha paciencia aunque también de bastante práctica y puede resultar fácil de realizar cuando se le coge el punto.

La sal y la harina dependen de cómo las queramos de saladas y de la cantidad de pipas que vayamos a tostar. Espolvoreamos por encima la sal y movemos las pipas hasta que la cojan.
Normalmente la clave del tueste está en el horno, siendo muy importante que esté caliente, pero no muy fuerte.
Colocadas las pipas en el horno, hay que moverlas cada cierto tiempo para evitar que aquellas que están en contacto con la bandeja se puedan quemar en exceso. Su tueste depende de cómo nos gusten y cada cierto tiempo hay que vigilarlas e ir probándolas.

Como todas las cosas se aprende con la práctica y un poco de paciencia y se mejora con el tiempo.
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