El tiempo de degradación de los materiales es distinto, unos tardan más que otros.
Bajas condiciones ambientales naturales, como el sol o la lluvia, y la
acción agentes biológicos, como plantas, animales, microorganismos y
hongos, las sustancias se descomponen en los elementos químicos que los
conforman.
La velocidad de biodegradación depende de varios factores: la
estabilidad que presenta las moléculas que lo conforman, el medio en el
que se encuentra por la disponibilidad para los agentes biológicos, etc.
Es por ello que la estimación del periodo de desintegración puede
variar notablemente.
1 año o menos
El papel está compuesto básicamente por material
orgánico, la celulosa, con lo que bajo la acción de hongos y bacterias
se descompone avivadamente, integrándose sus componentes orgánicos en el
suelo.
1 a 2 años
Una colilla de cigarrillo con filtro, bajo la acción de
los rayos solares, puede emplear hasta dos años en desaparecer. El
filtro es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo,
especializadas en descomponer materia orgánica, no pueden afectarla
inicialmente. Si se encuentra en agua, la desintegración es más rápida,
pero bastante más contaminante.
5 años
Un trozo de chicle requiere cinco años para deshacerse.
Por acción del oxígeno del ambiente, se convierte en un material
superduro que con el tiempo empieza a resquebrajarse hasta desaparecer
.El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas,
azúcar, aromatizantes y colorantes, por lo que degradado casi no deja
rastros.
100 años
Los envases tetra-brik están compuestos por tres capas
superpuestas: una cartulina (celulosa) que supone el 75%, otra de
polietileno que supone el 20% y la última de aluminio. La celulosa, si
está libre, desaparece en poco más de 1 año, el aluminio puede emplear
unos cien años. Sin embargo el polietileno puede necesitar unos cien
años.
400 años
Las bolsas de plástico realizadas en polietileno de
baja densidad pueden tardar de 100 a 400 años en degradarse, dependiendo
de su espesor y densidad y de las condiciones climatológicas y
ambientales. El gran problema es que el plástico, en su proceso de
degradación, origina partículas microscópicas que son liberadas al medio
ambiente (contaminación blanca) introduciéndose en la cadena
alimentaria. Algunas empresas añaden películas al polietileno que poseen
un catalizador para acelerar su degradación.
100 a 1.000 años
Las botellas de plástico son las más rebeldes a la hora
de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y
se dispersan. Enterradas, duran más. La mayoría está hecha de
tereftalato de polietileno, un material difícil de descomponer ya
que los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.
Más de 1.000 años
Las pilas poseen elementos extremadamente contaminantes
y que no se degradan totalmente, como el mercurio, el cinc, el cromo,
el arsénico, el plomo o el cadmio. A los 50 años se inicia su
degradación, pero seguirán teniendo una carga tóxica durante más de mil
años.
4.000 años
La botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es
un objeto muy resistente. Aunque es frágil porque se rompe fácilmente,
para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica
degradarla. Formada por arena y carbonatos de sodio y de calcio, es
reciclable en un 100 %…
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